Dudé, sigo dudando, y dudaré hasta que muera, o incluso dudaré hasta de donde me iré después de morir. ¿Qué relación tiene esto con la arquitectura?, no tengo la menor idea, pero algo debe tener.
El amor a la forma, a la admiración, a la emocionalidad no de un momento en nuestra vida, si no de un lugar en nuestra existencia, ¿Cómo poder comprender este juicio sin la más mínima idea de el conocimiento requerido para dicho propósito?, fácil, solo un inexperto lleno de espectación, lleno de curiosidad, y admiración, puede sólo imaginar el arduo proceso de elaboración de un sueño, A diferencia de un experto que lo concreta y ambiciona aún más.
En el último trabajo, comprendí que desde lo más simple como un cubo, pueden salir un infinito de ideas en cuanto a estructura se refiere, observando los cubos de mis compañeros, encontré un universo lleno de poder, de pasión, de ideas fantásticas, o muy concretas, alucinaciones, y por supuesto variedad, viendo las láminas presentadas empiezo a comprender lo diferente que somos cada uno pero nos atrae el mismo deseo, dejar una huella, dejar un mensaje de nuestra presencia, independiente si alguien lo nota, sólo tenemos la esperanza de que nuestro esfuerzo sea suficiente para una ojeada y un análisis de nuestro trabajo.
En estos momentos creo que estoy conociendo la locura de la sombra, lugar al que voy, veo las sombras, veo los ángulos, veo de otra manera a los árboles, a los cerros, los edificios, el vapor, entre otras cosas igual de maravillosas, estoy conociendo el mundo, y he vivido en el durante 21 años, y recién ahora estoy comprendiendo una milésima, pero ya llevo una milésima conocida, y eso me emociona, me hace alucinar sobre lo que me espera, sobre lo que falta por aprender.
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